El rediseño de estas etiquetas buscan unir la pasion de sus dueños por el suelo mendocino, por sus plantas autóctonas y por la importancia del agua en este gran desierto que trnsformó el hombre.
Existe una línea, un profundo trazo que separa realidades,
que marca las nuevas oportunidades.
A eso que el destino y la naturaleza dieron el nombre de Frontera,
es el límite, o el comienzo... marcado por el agua.
Transformando el desierto en oasis, dando este vino como resultado.
De la génesis ¡la vida misma!